marzo 06, 2012

Una extraña misa en La Habana.

Por: Leonel Alberto P. Belette.
LA HABANA, Cuba, 5 de marzo del 2012 –Ayer fue celebrada una medianamente concurrida misa, dedicada a la recuperación del Presidente venezolano Hugo Chávez, en la Catedral de La Habana; oficiada nada menos que por Bruno Musaró, Nuncio Apostólico de la Santa Sede en la Isla, quien  también asumió la homilía. Con anterioridad el Arzobispo de Caracas había exhortado a la Iglesia a mostrar misericordia en la oración, coincidente con el tiempo litúrgico de cuaresma.
Entre los asistentes estaban Nicolás Maduro y Bruno Rodríguez Parrilla, respectivos ministros de exteriores de Cuba y Venezuela; Eusebio Leal, historiador de la ciudad de La Habana y Caridad Diego, encargada de la poderosa Oficina de Asuntos Religiosos del politburó Comunista, además de otros funcionarios; pero muy pocos religiosos.
Llegado el momento de la consagración del cuerpo y la sangre de Cristo, como católico practicante, me dispuse a doblar rodillas en la incómoda posición que me tocó; contra el filo de un escalón. Levanté la cabeza un momento y me llamó la atención constatar que solamente algunos miembros de la familia Chávez y una sola de las esposas de los cinco espías cubanos presos en Estados unidos, se habían inclinado ante la hostia.
En el momento más sagrado de la liturgia, los altos funcionarios de ambas naciones permanecían inmutables, de pie y en actitud arrogante, a pesar de haber sido situados en los bancos presidenciales, provistos de almohadillas. Realmente no entendí el motivo de su presencia en el lugar, si obviamente no son católicos.
La misa no recibió promoción alguna encaminada a informar al pueblo cubano, ni en los medios nacionales, ni por parte de las autoridades eclesiásticas. No obstante sí se convocó a la prensa acreditada y a la oficialista Telesur; lo que parece indicar que el espectáculo no fue concebido para consumo nacional.
Los bancos de la Catedral fueron llenados con becarios y militares, todos venezolanos; y resultó inusual, para esta ciudad, ver comulgar una fila de militares chavistas en completo uniforme de campaña. El público traído para la ocasión fue completado con una tropa de choque de decenas de activistas paramilitares cubanos, vestidos con las camisas rojas características de los chavistas o sudaderas con los colores de la bandera venezolana.
Fuente: Cubanet

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vergonzoso espectáculo de la iglesia que no se ha dignado a honrar a los mártires cubanos víctimas del castrismo.

Este blog me gusta mucho por su posición cristiana y siempre lo pongo como ejemplo de una fe dedicada a servir a su pueblo.
Una fe sin obras es una fe muerta y vuestro testimonio enaltece a Cristo.