febrero 05, 2015

Dios nos salve. El anticristo vive en el Caribe

Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segaran. Salmo 126. 5
 Que esperaba un país de herejes, que fueron capaces de cambiar al supremo y único Dios por la imagen del anticristo comunista, que años después delega en su discípulo, aún más burlesco y demoniaco, pero que ya encuentra los frenos de un pueblo que convertido y entregado a nuestro único dueño y señor, nuestro Dios, dice vasta, y comienza a retomar el único camino posible el camino de Dios, el camino de la gloria, y la salvación.
Era de esperar, que una vez más el engaño rigiera las negociaciones que a duras penas dejaba ver una pequeña luz de esperanzas, detrás de las puertas del infierno comunista, esa misma puerta detrás de la cual se reprime y asesina a un pueblo en nombre de un sistema social que un día alguien sin principios morales, embriagado por el alcohol y dejando morir a su esposa e hijos en la más absoluta miseria, de hambre y tuberculosis, decidió llamar comunismo, y que sin lugar a dudas se diseñó para poner en práctica en países industrializados de la época como eran Francia, Alemania y Gran Bretaña, no en el granero de Europa que era lo que entonces significaba Rusia para los países del este; ese modelo obsoleto pero con grandes modificaciones, a conveniencias de los actuales dictadores del único país de América que aún mantiene abiertas las puertas al infierno, es el castigo de Dios para un pueblo que un día renegó de él y cambio su credo por la imagen de un hombre, pero nuestro Dios, el Dios de Israel, ese Dios que nos entregó a su único hijo y lo sacrificó como muestra de su misericordia, para enseñarnos el camino y limpiar todos nuestros pecados, es un Dios misericordioso que hoy una vez más nos enseña el camino, poniéndonos difíciles pruebas que nos moldeen cada día más a su imagen y semejanza para poder ser salvados.
Pruebas como la que acabamos de tener en nuestro país y que de pronto llenó a gran parte del pueblo de esperanzas no son nada comparadas con las que tendremos el día en que decidamos entregar nuestra alma al señor, Rey de reyes, único Dios capaz de salvar a este pueblo que aun habiendo traicionado al creador como lo hiciera Adán al principio de los tiempo, Él está dispuesto a perdonarnos y darnos esa paz que tanto añoramos.
Cada día son más los que buscan de Él y cada día son más las muestras de su perdón sobre nuestro pueblo, pero aun el demonio anda suelto oponiéndose justamente a Él una vez más Dios tendió su mano y una vez más ese anticristo comunista la rechazó.
¿Hasta cuándo este pueblo permitirá que el príncipe de la potestad del aire rija nuestros destinos y nos prive de la gloria de alabar a nuestro único Dios?
Solo Dios provee, va siendo tiempo de sembrar para poder recoger.
Esta vez fue una finta más del demonio quien nos hizo creer que podíamos recoger una cosecha que no habíamos sembrado, pero ya lo sabemos y estamos conscientes. Si no sembramos no podremos recoger.
En mi modesta opinión; nunca podremos recoger trigo de las ortigas…

*Periodista independiente cubano. Miembro de la Agencia Decoro.  Colaborador de Amanecer habanero. Reside en Cuba y sus noticias y artículos aparecen con regularidad en la Red. 

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